EL PROBLEMA DE SER PERFECCIONISTA
El perfeccionismo se basa en la creencia de que para considerarse a uno mismo valioso hay que ser muy competente, suficiente y capaz de lograr cualquier cosa en todos los aspectos que uno se proponga.
Mucha gente cree que tiene que lograr hacer perfectamente todo lo que emprende. Piensan que si no son muy competentes, suficientes y eficaces en todos o al menos en alguno de los aspectos importantes de su vida, es que son unos inútiles, incompetentes, inadecuados o poco valiosos.
Sin embargo esto es una idea que no se ajusta a la realidad por varias razones:
- Es fácil constatar que nada en este mundo es perfecto y que nadie, como humano que es, puede ser totalmente competente y destacar en casi todos los aspectos de su vida.
- Hay que tener en cuenta que la mayoría de la gente no destaca en un sólo aspecto de su vida por importante que sea para él.
- Tener éxito a todos nos gusta, e intentar triunfar está bien ya que aporta una serie de beneficios y motiva para avanzar, pero eso no quiere decir que sea mejor persona.
- El valor de la persona no está en el éxito o en las circunstancias externas, sino en sus cualidades humanas.
Consecuencias emocionales y fisiológicas
Las consecuencias emocionales y fisiológicas de este tipo de pensamiento erróneo son numerosas, como vamos a ver:
Frustración y depresión
Exigir la perfección a uno mismo o a los que nos rodean siempre conduce al mismo resultado: la frustración, decepción o depresión.
Debemos tener en cuenta que hay cosas en las que por mucho que nos esforcemos nunca saldrán como nosotros queremos. A veces nos negamos a aceptar esto, produciendo una tremenda frustración en nosotros.
Enfermedades físicas
Muchas veces, perseguir el éxito en nuestra sociedad competitiva, genera muchas ventajas, por eso insistimos en que seguir en esa línea nos beneficia. Sin embargo, la energía necesaria para conseguirlo normalmente nos lleva a tensiones excesivas tanto a nivel psíquico (pensamientos recurrentes, preocupaciones, mal humor…) como a nivel fisiológico (hipertensión, dolores de cabeza y musculares, insomnio, pérdida de memoria, úlceras…) forzando a uno más allá de sus posibilidades.
Esto lleva a las personas a padecer distintas enfermedades que a su vez generan más tensión.
Te compara con los demás
La persona que se pone la obligación (a veces sin ser consciente de ello) de ser muy competente en todo, no sólo está desafiándose a sí mismo para comprobar su propio poder sino que invariablemente, se está comparando con los demás, por lo tanto, estará más dirigido por lo que haga el otro que por sí mismo.
El problema se agrava cuando nos imponemos tareas de las más difíciles y que suponen mucho desgaste de energía.
Sin embargo cuántas veces nos preguntamos:
- ¿Llegaré a algún punto en el que me sienta satisfecho con lo que he hecho y descanse?
Normalmente no, la carrera continúa y siempre pensamos que podíamos haber hecho más, porque siempre hay alguien que hace más.
Pero esto es muy injusto, dado que a los demás no les podemos controlar, y tampoco conocemos cómo se desarrollan en el resto de áreas de su vida.
Impide disfrutar durante el proceso
Sólo obtenemos satisfacción cuando disfrutamos tanto del proceso como del resultado de la operación, si no, deja de merecer la pena.
Concentrarse en el éxito o ser competente en todo, a menudo nos aparta de un objetivo muy importante que es disfrutar de la vida.
Hemos de tener presente que es más valioso descubrir día a día cuáles son nuestros intereses, habilidades, nuestras cualidades positivas y agradables, y las de los demás. También centrarnos en lo que nos importe verdaderamente a nosotros, no a los demás, para poder dedicar nuestra corta existencia a eso.
Por eso, deberíamos preguntarnos:
- ¿Realmente me hace feliz luchar por esto?
- ¿Si no lo hiciera así de perfecto sería tan terrible?
El perfeccionismo paraliza
Por otro lado, la preocupación por hacer las cosas muy bien, da como resultado un enorme miedo a cometer errores, a fracasar, a probar cosas nuevas y nos paraliza en nuestras acciones.
Baja la autoestima
Una excesiva exigencia en cualquier cosa que uno esté realizando nos hace preocuparnos por el fallo, nos hace sentir inseguros y nos lleva a no disfrutar del trabajo o a fracasar en la tarea. Esto nos hace sentir que no valemos, con la consecuente bajada de autoestima. Encima, los demás sienten lo mismo cuando les exigimos las cosas muy bien hechas.
En otros casos sabemos que podríamos llegar a conseguirlo pero ahí cabe plantearse:
- ¿Merecerá la pena el esfuerzo?
Sugerencias para el cambio de esta idea irracional
Ante este panorama nos conviene ir cambiando esta idea irracional, trabajando con las siguientes sugerencias:
Céntrate en actuar
Olvídate de destruirte a ti mismo en el intento de hacerlo bien, simplemente hazlo.
Intenta disfrutar
No sólo disfrutes del resultado sino también del proceso.
Abandona la autocrítica
La autocrítica genera un diálogo interno constante y a menudo dañino, ya que no se apoya en datos objetivos ni constructivos.
Puedes leer el texto “Abandonando la autocrítica” para conocer más acerca de cómo erradicarla.
Felicítate por lo que has hecho
No te fijes sólo en el resultado.
Cuando intentes actuar bien, que sea por tu propia satisfacción
No por agradar a los demás o por ser mejor que ellos.
Cuando intentes actuar bien para tu propia satisfacción, insiste en que no tienes que hacerlo perfecto, ni en luchar por superar a los otros, sino por superarte a ti mismo EN EL CASO DE QUE TE COMPENSE.
Se honesto contigo mismo
Pregúntate de vez en cuando si estás luchando por alcanzar un objetivo por tu propia satisfacción o por los demás.
Asegúrate de que no lo haces para conseguir admiración o aprobación.
Si piensas que esto te genera un problema puedes ampliar la información leyendo el texto “Necesidad de aprobación”.
Aprende a aceptar tus errores y los de los otros
Acepta tus confusiones en vez de horrorizarte ante ellas e intenta mejorar la situación, aprendiendo y dándote el tiempo suficiente para mejorar con tranquilidad.
Las prácticas de Mindfulness pueden ayudarte a trabajar este aspecto.
Fuérzate a realizar cosas en las que temes fracasar
De vez en cuando y di: “intentarlo es lo importante, no triunfar” “todos tenemos fallos” “aprender es lo que estoy intentando”
¡Lucha por lo que tú quieres, no por lo que los demás quieren de ti!